...lo mejor vino cuando a Isa se le ocurrió poner a Rage Against The Machine, y ya con dos qué tres líneas encima se pusieron a danzar en una mala copia de Slam, o como guerreo águila drogado, sin más cosas puestas que un par de calcetas rosas, Isa, y un sostén, Elsa, que estaba a punto de caerse. Aquella música era como el Soundtrack de la jodida película que se ha convertido mi vida.
Los riffs de la guitarra les daban pie a sentirse amas y señoras del mundo. Tal vez lo último que oí antes de ponerme bien macizo fue la voz de Pablo que me decía entre los aullidos de Zach de la Rocha: esta noche nos vamos a volver hermanos de leche, quiero que te chingues a mi vieja. Tú eres mi carnalazo y no quiero que acabemos mal por una pinche zorra. Te la jodes por todo el Departamento si quieres y después ninguno de los dos la volvemos a ver.
Le tomé la mano y nos dimos un abrazo.
Sus ojos se fijaron en los míos y nos dijimos: Te quiero carnal. Después le confesé en tono serio: Ya dejémonos de puterías y vamos a darle. Cuando le acaricie el trasero a Elsa todavía me zumbaba en la cabeza la última frase.
Hermanosdelechehermanosdelechehermanosdele..
Veía los labios de él moviéndose en mi oido y los senos de Isa en la boca de Pablo y sus calcetas en mis hombros, a Elsa gritando en mi oreja y guitarrazos y un corillo de Ansia, “Con dinero baila, baila perra”.
Todo era suave, muy suave, leve, denso, el desmadre total, el caos. La risa de Elsa y su vagina en mi rostro y por allá Pablo obligando a Isa gritar por la ventana que estaba jodiendo con dos hombres y que el futuro es ahora, y que el titulo no te sirve para nada, “y que lo quemas con el cigarro de la briaga de la graduación”, y que el dinero solo sirve para gastarlo, y que todo se va a ir a la chingada porque ya nada queda por descubrir, y que Pablo, entraba y salía de ella, y aunque cuides tus neuronas se las va a comer el mismo gusano que se engullo las de un yonqui y que ella iba ha escribir el libro cumbre de la literatura, y que Elsa y yo estábamos entramados en un sesenta y nueve sin cuartel, y que chingue su madre el presidente, y que Dios ya está muerto en un charco de heroína y sangre, y que el Apocalipsis ya pasó y que nosotros somos los parias que buscamos gasolina y un poco de dinero para drogarnos en una alcantarilla a la luz de neón.
No hay más vida.
miércoles, 28 de noviembre de 2007
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