martes, 29 de abril de 2008

¿De que guerra sin gloria saldremos victoriosos?

¿De que jardín seremos ahora expulsados?
¿Que incauto sortilegio es que alimentara
nuestras almas mas allá de nuestra propia muerte?
¿De que lado saldrá el sol por la mañana?
¿Cuanto mas resistirá mi corazón tu ausencia.?
¿Cuanto mas resistirán las paredes de mi tristeza
Que parecen muchas veces indestructibles.?
¿Cuanto mas, caminaremos
antes de volver a encontrarnos en nuestra senda?
¿Y que cara, que manos, como será tu cabello
Como será tu mirada, como será tu sonrisa.?
¿Puedo asegurar que serán las mismas?
¿Donde habremos de encontrarnos y a que hora.?
¿Debo moverme del lugar donde te he perdido.?
¿Debo salir a buscarte donde no te encuentras?
Porque reconocerte es un problema
Cuando no se si te he conocido
¿Promesa perdida será ese encuentro?
Hoy corriste bajo la lluvia y tal vez nuestros caminos se cruzaron
Hoy corrías sobre los charcos porque te gusta la lluvia
Porque de algún modo te hace sentir bien
Y piensas tal vez que la misma lluvia me esta mojando
Y ríes mientras a tu alrededor todo se detiene
Cuando el niño se pregunta de donde vendrán las gotas de agua
Mientras un chico protege a su novia del viento helado
Y te imaginas que somos nosotros;
como muchas veces yo lo he imaginado
y ahora tienes fiebre
Y calientes los párpados.
Estas sentada a luz de la lámpara con tu libro en las manos
Estas con los pies muy fríos encogida en todos tus espacios
Estas pensando en mi, y te preguntas si tendrás que
Salir a buscarme en donde yo nunca he estado.

jueves, 24 de abril de 2008

Encarnación

Las horas transcurrían lentas, del sillón a la cama y de la cama al sofá, sin posibilidad de calentar asiento ni de impulsar su cuerpo a la acción, obligada a un rondín absurdo que la hacía abandonar su estado letárgico para ir a la cocina por un vaso que no había querido pedirle a Aurelia. Empezó a beber. Se volvió una maestra del simulacro. Pensaba en Rodolfo como si fuera ella misma y una sonrisa amarga transformaba sus labios: sin duda, él no hubiera tenido que hacer lo que ella, a escondidas. Los hombres suelen asumir sus vicios, su frustración, como si la culpa fuera de los otros. Beben ante los demás sin preocuparse, gritan, dan rienda suelta a la rabia como quien inflinge un justo castigo a los que se ven obligados a soportar las consecuencias de sus desmanes. Ella, en cambio, estaba obligada a vivir lo que hacia como un motivo de vergüenza más, como una más de sus culpas y, sobre todo, como otra evidencia del fracaso.
Todavía recordaba aquel sábado en Cuernavaca, en pleno cumpleaños de Rodolfo, cuando a éste se le pasaron las copas y se cayó a la alberca. Y cuando todos pensaban que iba a congestionarse, luego de angustiosos segundos de espera, fue surgiendo por fin con los lentes rotos, Fito, Rodolfito, el GRAN RODOLFO, y como si fuera el monstruo de Loch Ness, emergió de las profundidades abismales del chapoteadero y empezó a perseguir a las sobrinas y a una amiga suya, a la que apodaba La Sueca. Corría detrás de ella s, empapado, tentando el aire como un ciego, y cuando por fin alcanzaba a alguna se ponía a abrazarla y le sacudía el pelo en la cara, en los senos, la apretaba muy fuerte con el cuento de querer empaparla.En cambio ella se había iniciado sola, con el rigor y la discreción de un asceta, por las mañanas, mientras los hijos estaban en la escuela. Lo hacía despacio, mirando al frente, sin un asomo de placer, como si el liquido que bebía a tragos cortos no fuera más que agua. Y luego de un sueño largo e intranquilo se levantaba a las siete, antes que él llegara, se bañaba y recibía a su marido con la mirada serena y distante de quien recibe cada noche al Espíritu Santo.

viernes, 18 de abril de 2008

El paraíso que fuimos. (capitulo primero)


Fue en el año del perro. No el año del Astuto Guardián del horóscopo chino, sino el año en que el presidente dijo que defendería el peso como un perro y acto seguido lo devaluó. Fue un año de falta de simetría poética: él era el perro y nosotros los que realmente llevábamos vida de perros. De ese año se decía cualquier cosa. Que fue el año siguiente del asesinato de Sadat, premio Nobel de la Paz, y dos años después de la muerte de John Lennon. Incluso fue el año en que apareció el minitel en Francia. O el año en que los Duques de Cádiz, don Alfonso de Borbón y doña Carmen Martines Bordiú, comenzaron a planear su divorcio. Se decía cualquier cosa con tal de no decir lo que queríamos y no podíamos decir: se nos había olvidado como nombre las cosas.
(Rosa Beltrán)

viernes, 11 de abril de 2008

Benedetti

Ellos tienen razón
esa felicidad
al menos con mayúscula
no existe
ah pero si existiera con minúscula
sería semejante a nuestra breve
presoledad
después de la alegría viene la soledad
después de la plenitud viene la soledad
después del amor viene la soledad
ya sé que es una pobre deformación
pero lo cierto es que en ese durable minuto
uno se siente
solo en el mundo
sin asideros
sin pretextos
sin abrazos
sin rencores
sin las cosas que unen o separan
y en esa sola manera de estar solo
ni siquiera uno se apiada de uno mismo
los datos objetivos son como sigue
hay diez centímetros de silencio
entre tus manos y mis manos
una frontera de palabras no dichas
entre tus labios y mis labios
y algo que brilla así de triste
entre tus ojos y mis ojos
claro que la soledad no viene sola
si se mira por sobre el hombro mustio
de nuestras soledades
se verá un largo y compacto imposible
un sencillo respeto por terceros o cuartos
ese percance de ser buena gente
después de la alegría
después de la plenitud
después del amor
viene la soledad
conforme
pero
qué vendrá después
de la soledad
a veces no me siento
tan solo
si imagino
mejor dicho si sé
que más allá de mi soledad
y de la tuya
otra vez estás vos
aunque sea preguntándote a solas
qué vendrá después
de la soledad.

jueves, 3 de abril de 2008

monologo con Jorge...


Y que susto se llevaron cuando empezaste a sudar y decías ver luces en toda la habitación que tu ordenaste dejaran casi en penumbra, ellas que iban a saber que la Norepinegrina, te iba a reaccionar con esas taquicardias y los espasmos que parecía que te rompían.
El doctor te había dicho mucho agua para la boca seca, camine un rato en el patio, ¡Échele ganas!... ¡saldremos!... y entonces vomitaste en sus zapatos de charol los comprimidos de Serotonina.
Y hubieras visto la que le armo tu mujer cuando te quedaste cinco días en tu cama sin ganas de nada, y todo porque le contesto que era común de los Histaminérgicos... un poco de somnolencia. ¡si la cosa era animarte!... no era dejarte morir como un perro sin que vieras las cosas que aun podías hacer en esos meses que te regalaba tu cáncer de riñón. ¿Ahora si los quieres verdad?
Te vas a morir Jorge.
Este es el tercero que dice lo mismo...
Y de nada un transplante, de nada transfusiones, de nada que te porreen tu esposa y tus hijas... ya vez hiciste que viniera desde tan lejos tu hijo, na’mas para verte morir. Te acuerdas yo te lo decía, ¡bájale mi cabrón! Pero le tupías macizo, con tal Papá te había dejado bien forradito... y de que sirvió Jorgito, a ver cómprame un mes mas... o llévate la docena y te regalo quince días...
Tu na’mas dime, ¡y ni te pongas! que ya estas jodido y si no es por ahí , le doy en la madre por la Diabetes.
Y no me digas ojete, ni me digas groserías... esta vez no alucinas.
Sabes... a veces también ando tristón, yo no pedí esta tarea... ¿tu crees que me siento bien, cuando veo que lloran?
¿Tu crees que no me gustaría como a ti, ver a tus nietos crecer?, si yo estaría mil veces en otro lado... y no es que me caigas mal, eres chido. Pero el olor de la orina saturada de chochos me desagrada.
¡Cabrón! Cada vez son mas jóvenes, ¡se mueren mas llenos de vida!... ¡Ja! Se mueren.

Yo no se que le sacas a estar metido todo el día aquí, si huele bien feo... y esa costumbre que ya se te volvió, de defecar en la cama. ¡ya ni la muelas, teniendo el baño tan cerca!
Deberías salir por lo menos a quitarte las escamas; mira, te juro que hoy no es...hoy no.

Échate un cigarrito en la terraza, vamos a regar las gardenias, o ¡ya se!, le pedimos permiso a tu compadre el panadero, que te de chamba de ayudante por las mañanas, tu siempre dijiste que te hubiera gustado ser panadero... ¡ándale!, no seas puto... o que ¿le tienes mas miedo a vivir?
Vamos a correr por tu calle, ¡deja la silla!, vamos tocando los timbres, vamos a gritarle al pinchi chamaco que te cae gordo.

Vamos a buscarla; ¡ándale a ella!, vamos a perdonar antes de odiarnos a nosotros mismos...
Y vamos a donar lo que te queda, vamos a vaciar las cuentas, y le damos los centenarios del abuelo al primer mendigo que veas, vamos por la calle aventando al aire el dinero, hasta que solo sean montoncitos de monedas lo que dejes a tu paso... veraz como si te aman.
¿No piensas dejárselo a tu hijo o si?, a poco crees que vino de tan lejos no mas para verte morir... ¡no mames si salió igualito a tí!

Eso de romper las cosas que encuentras a tu paso, fue divertido, pero no mas la asustas.
Y si te pones como estúpido creen que ya te vas... mejor déjalas un rato descansar de ti y salimos a dar la vuelta...
Quiero que veas ponerse el sol conmigo...
Quiero que entiendas...
Quiero que sientas la existencia de esa sustancia, inexplicable.
Quiero que grites tu nombre... una y otra vez, mil y una mas... para que todos lo olviden.

miércoles, 2 de abril de 2008

Mi zona sagrada...


me dijeron: ¡sal a buscarla....!
y me quede tres días solo, enfermo, enamorado
esperando sentado en mi zona sagrada...