sábado, 24 de noviembre de 2007

El ultimo*


¿cuánto tiempo tarda en morirse un hombre? Toda la vida. La vida que se escurre por el caño como agua sucia y apestosa. Pero basta de malos culebrones mexicanos. No en esta hora. Quiero pensar. Concentrarme. Me siguen. Están detrás de mí. Viejo paranoico: eres un viejo chocho y paranoico. Están aquí para decir después “yo fui el ultimo”. “El que sostuvo su cabeza”. “El que le bebió el ultimo suspiro”. “El que lo vio caer”. Lo otro es lo que se nos va caer.
Hasta aquí siento que me llega el miedo, el secreto júbilo, las ganas de sacudirme el peso moribundo, casi casi muerto desde mi cuerpo, Qué es lo que resta. ¿Qué queda? Nada. Sólo estas ganas de querer morirse. Pero los perdono.
Nada, qué: se joden. Aquí voy a seguir un rato más. Pero de cualquier forma no puedo negar que hasta aquí me llega el olor del miedo de la gente, de ese secreto júbilo: no satisfacción ni alegría, aunque habrá mas de uno que llore sinceramente mi muerte, aunque allá en Miami más de uno destapara una buena botella de Dom Perignon o algo más caro, aunque con esos gusanos nunca se sabe.
La ocasión lo ameritará.
Ah, como duele irse muriendo. Y estar tan lucido lo hace más jodido, Más jodida que esta tierra, aguantadora: primero los otros, luego yo. Al menos a mí me abrían las puertas de su casa. A los otros no. Que cubano decente le hubiera abierto las puertas a Fulgencio, cuando bien pudo ser que algún hermano, cuñado, amigo suyo hubiera sido ajusticiado por un sicario.
Esto era un lupanar, no me digan que no gusanitos, un muladar, un estercolero de la mafia de Chicago, un nido de esbirros de la CIA, los cuarenta de Ali Baba eran aprendices de ladrones comparados con esos cabrones.
Lamismamierdadesiempre.
Tengo sed. Por qué harán tanto ruido. Hasta aquí llega el olor del mar. Te me vas quedando lejos, Habanita de mi corazón . Cuántas lagrimas me costaste, Cabrona. Cabrona Cuba. Cabrona vida. Que carajos es ese ruido. Por qué nadie viene a quitarme el pañal. Apesto.
Cabrones: es historia pura la mierda que defeco. Hijos de puta. Solo porque me he quedado mudo, sólo conmigo. Conmigo solo. Ahí te voy Ernestito. Al menos tú te moriste como los buenos: joven mi cristo guerrillero, igual de barbudo, igual de iluso, igualito de cabrón.
Ernesto Ernesto Ernesto,. Por qué te llamo y ni siquiera volteas a verme. Echa fuera los gallinazos que se han metido a la habitación. Cuanto ruido. Cuanto frío.
Quien aguanta a La Habana. Quien quiera que me la compre. Se la vendo por un litro de gasolina para llegar a Miami cruzando el Caribe en mi guagua transformada, equipada, metamorfoseada por el ingenio cubano. Como Cuba no hay dos, Yanquis de mierda.
Las llamas. Las llamas. Ja. No. No me arrepiento de nada, querido Voltaire. Me aguanto como los machos. Échenme pa´cá otra pelota ensalivada: la voy a batear de home run, y va a llegar hasta el jardín de la Casa Blanca, después de pasar por los algodones de Tennesse y los barrios de negros de Atlanta, se va a dar una vuelta por el desierto sediento de Mohave, ahí casi se derretirá, pero va a resistir, porque va a llegar jadeante hasta el down town de LA, y luego se va a ir de paseo con un gay por Sacramento Street, a la orilla de la Bahía, y el aire la va a rebotar hasta la pequeña habana, llena de traidores, de gusanos malolientes, que si supieran que muriendo estoy, seguro bailarían una salsa cantada por el ese mico hecho mujer: contigo la evolución dio un paso atrás, Celita, mira que poco te falto para echar cola y agarrar la banana, no la de tu marido, sino una de verdad y echarte a nadar rumbo a la sabana africana: que volvieras al hogar de todos nosotros: la tierra que le falta poco para abrirme una rajada, una vulva color marrón, que me cobijará, porque no quiero que me incineren, prefiero un entierro de línea, por que para eso soy el Supremo Comandante, la Luz del Caribe, el Batidor de Playa Girón, Águila que cruzo el Cielo de Luanda.
Cuantos y cuantos me deben la vida, porque cuantos y cuantos médicos salieron de esta islita descubierta y bautizada por el Almirante de la Mar Océano. Cristobalito, a mí también llévame sobre tus hombros: vuélvete un Atlas y déjame hechar un último vistazo.
Go home, gringos.
Aquí triunfo la Revolución, cabrones de mierda. Aquí se sentaron sobre un inmenso palo, hijos de puta. Y les sacamos la mierda, la mierda que nadie viene a limpiarme: Apesto.
Revolución y muerte, cabrones rednecks.
Al menos no te voy a ver, engendro de Celita, porque yo me voy derechito al cielo marxista, a discutir con el otro barbón de Carlitos y su amigote Federico, y Mao y Ho-Chi-Minh, y Saint Simon, que apenas alcanzo a entrever, Juan Bautista, del Otro, del barbón de Tréveris, y de Ernestito, y de todos aquellos que hicieron posible este sueño, este paraíso en la tierra que fue Cuba.
Mi Cuba, señores, que ahí se las dejo para que la malbaraten con los chanchos de Wall Street, porque no creo irme al Purgatorio rojo, a acompañar a Vladimir ni a Josef ni a Nikita ni a Gorby, ah, cabrón pelado de mierda, ahí te va tu perestroica y tu glasnot y tu puta Madre, cabrón vendido, ¿tantas ganas tenias de atragantarte una Big Mac? ¿De usar Levi´s que no fueran de contrabando? Tú eras la nomenklatura, mi viejo, mi querido viejo.
Tuyos el poder y la gloria, por los quinquenios de los quinquenios. Amén.
Tengo sed. Ah, este olor a mierda.
Culones. Un vaso con agua. Por vida de su puta madre.
Ah, mi Comandante
Nos
Estamos
Muriendo.
Esté lento transito me desespera. Qué alguien venga a encender la calefacción.
Qué no sienten el frió. Qué no ven caer la nieve sobre el Malecón. Que no ven que el Caribe se nos ha congelado. Qué no ven que los pingüinos nos atacan, que pasean en lanchitas y en balsas, y piden asilo en Yucatán, que ya dieron aviso a la Quinta Flota, que va a zarpar desde Panamá para venir a hacer la guerra y no el amor. Que la gente va a salir armada con fusiles de madera y cada cubano se va a llevar entre las patas a cien marines, que los vamos a derrotar, y van a echar mi cadáver encima de una balsa y así, todos juntos en conjunto nos vamos a lanzar a la mar, qué linda está, Margarita, y vamos a sitiar Miami y la vamos a doblegar con nuestras salvas de azúcar, mi negro, y la gente va a ser feliz, porque el comunismo ya llegó, ya está aquí, el que va a joder a Wall Street, a los malos yanquis, porque nosotros no tenemos problemas con el pueblo de los Estados Unidos, que sufre la tiranía de un gobierno despótico, mezquino, decadente, corrupto, que sólo atiende a los dictados del Gran Capital, de doblemoral, porque por aquí nos acusan de torturar cubanos traidores y por allá se limpian el culo con piel de negro, y se lavan la vajilla con sudor de latino y se tira un pedo sobre la dignidad de nuestros paisanos.
Por eso vamos a seguir avanzando y la gente se unirá a nosotros y vamos a llegar hasta el Distrito de Columbia y nos vamos a sentar en la Sala Oval, Ojival, Vaginal. Y entonaremos la Internacional. Y la vida será feliz.
Ya casi. Ya casi. No veo. Solo oigo. El zumbido de un mosquito: mi angelito de la guarda. ¿Jesuita yo? La historia me lo perdonará. Esto no da para más. La luz lastima. Cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo, cada suspiro. Sístoleydiástole. Corasón cubano;
Corasón montuno.
Que bonito cantabas, Ibrahim, que no te fuiste, que aquí te quedaste a morir, como yo, como otros mas que se quedaron con las ganas de cruzar el canal, de llegar vivitos y salados a los Cayos; malo si la mar los traicionaba y los aventaba a México. Eso sí estaba del carajo. Pobres pendejos. Pero yo los perdono. Los perdono a todos ustedes. Vengan. Denme un abrazo. Un largo abrazo. Que ya me les voy, me les muero.
La sal. Quien aventó sal al ventilador.
Todo sabe a sal. Todo sabe a mar. Mis labios de oxido. Mi mujer. Donde está mi mujer. Que me aceite el fusil. Que me voy pa´ Sierra Maestra pa´ defender la Revolución. Ya viene, ya viene con paso lento, arrastrando el fierro. Estoy jodido. Cabrones: vengan a limpiarme la mierda. ¿Qué no huelen la peste?
*Capitulo inicial de la novela El último, en preparación.
Yassir Zárate Méndez.

1 comentario:

sandraaaaa dijo...

he leído algunos de tus posts y veo ke no tiene nada ke ver kon lo mío, komo lo he dicho, mi espacio karece de seriedad o reflexiones pero lo keskribo es askerosamente cierto..y en la verdad siempre veo poesía...

hahaha
kextraño mundo no?

de todos modos menkanta metichear lo ke piensan los demás...