sábado, 9 de febrero de 2008

Deambulando

a veces marcaba al ochocientos
solo para romper la monotonía del día
el cristal que se le forma sobre sus corneas
el temblor de las manos ansiosas de caricias...
a veces marcaba al ochocientos
para quebrantar el zumbido del silencio en sus oídos...
siempre con la esperanza de que por casualidad;
contestara el.

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