ve, come tu pan con alegría y bebe a gusto tu vino
porque Dios ya aceptó tus obras.
Que tus vestiduras permanezcan siempre blancas
y nunca falte perfume en tu cabeza.
Disfruta la vida con la mujer amada
en todos tus días de vanidad
que Dios te concedió bajo el sol.
Porque ésta es tu porción de vida
y en tu fatigoso trabajo bajo el sol
sigue los caminos de tu corazón y el deseo de tus ojos
sabiendo que Dios te pedirá cuentas.
viernes, 30 de mayo de 2008
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