Del mal que tu padeces
Conozco la amargura,
Sufrí con esa pena,
Lloré con ese llanto
Cayendo en el abismo
De tu mortal quebranto
Al apretar la copa
De conyugal ternura.
Pasaron negros días
Y ciego en mi locura
Pensaba yo aturdirme
Tan solo desencanto
Hallando en los placeres
Que el mundo elogia tanto,
Sin alcanzar olvido
Ni sombra de ventura.
En vano mis dolores,
Cubrí con falso velo
No me engañe yo mismo
Ni me forjé el consuelo
Que abraza un fuego oculto
Soplándole a su llama.
Y me pregunto.
¿Podré aliviar tu angustia
si sufro igual dolencia?
¿Cómo he de consolarte
si sé, por experiencia
que todo se ha perdido
si solo piensas en la ausencia.
domingo, 23 de marzo de 2008
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