Quien escribe es un Dios en su propio mundo. Hay quienes dicen que existen muchos requisitos para serlo, pero eso no es cierto. No tienes que ser un Dios benévolo y magnificente, ni siquiera tienes que ser bueno como Dios; lo único que necesitas es una pluma y una superficie lisa.
Un escritor es un cronista de vidas que sólo existe en su interior, es el narrador de hechos extraordinarios que suceden a la vuelta de la esquina, como una paloma que coge migajas o un niño solitario que sueña un columpio.
Para mi, el escribir lo es todo. Yo no nací el día que abrí los ojos en este mundo, ni cuando un sacerdote cerró mi Ops an rampa con agua bendita. Yo nací el día que mi abuela, con ayuda de unas pequeñas cartulinas y plumones de colores me dijo "a ver, mi hijito, mira, esta es una A..."
La palabra ha sido siempre considerada como nuestra más útil diferencia con los animales. El perro ladra, el gato maúlla y el hombre tiene esos guturales sonidos localistas que salen de su boca.
Pero también tiene algo más, algo que nunca otro ha logrado: encadenó la palabra a la tinta, encerró a la idea en una carcél de papel y dominó al verbo dándole algo que complementa perfectamenten su sustancia: forma.
La escritura ha sido el cincel que ha trazado los caminos de mi vida; he leído intenciones en los ojos de los que me rodean y entiendo sus corazones como si fueran sus labios los que me explicaran. Me encanta escribir... me gusta tanto que mientras los otros sienten esa imperiosa necesidad de hacer el amor, yo tengo deseos de escribirlo. Para mí, una estrella no brilla tanto en el cielo, como podría hacerlo en una hoja.
Es solamente al escribir que te vuelves realmente un ser humano.
Tanto estoy convencido de eso, que creo que durante toda la vida, las personas deverían escribir al menos tres veces al día.
Fue la escritura y no el alma, lo que despertó la envidia de los ángeles, lo que originó la gran guerra.
Era en realidad, el fruto prohibido del árbol de la sabiduría, y es ahora, el único camino para llegar al cielo.
Yo vivo en un mundo perfecto, donde la igualdad y la justicia están clavadas como flechas en el corazó de todos los hombres y han sido conquistadas y puestas a disposición de quien las desean o las necesitan. Pero también vivo en un mundo donde hay hambre y soledad. Por mis venas corre tinta y mi mente tiene archivados cientos de miles de libros que esperan pacientemente empiece a escribirlos.
Nací, crecí y he de morir pensando que el mundo es un gran cuento mal contado, escrito por un Dios novato que lo alarga y alarga con la esperanza de encontrar la manera de que tenga un final feliz.
Soy el alfa y el omega de miles de universos, el motor de millones de vidas, la razón, el ser y el estar de todo y todos, hasta que dejo la pluma a un lado y mientras mi alma sigue escribiendo para sus adentros, yo salgo a este mundo, donde no soy más ese narrador omnipotente, sino un títere de carne y hueso que sólo espera el final de su participación en este relato, triste relato, que llamamos vida.
Sergio Tapia
viernes, 12 de septiembre de 2008
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1 comentario:
me encanta como escribes. y si eres buen escritor, me facina la magia q puedes acer al escribir.
tqmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm
cuidat
adios
pd:una magia que serviria mas si de verdad se sintiera, lastima que solo se kede en un papel.
pd:pues dale las grax a tu amiga por ser tan prudente
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